El papa Francisco se vio inesperadamente acompañado de un
pequeño niño que le hizo compañía durante toda su intervención mientras
celebraba del Día de la Familia en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
El niño estuvo parado junto a él, e incluso se sentó en su silla.
El Sumo Pontífice no se mostró perturbado en ningún momento por la presencia del niño y lo dejó pasearse a sus anchas.
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