Cuaresma
La Cuaresma (latín: quadragésima, ‘Cuadragésimo día (antes de la pascua)’)? es el período del tiempo litúrgico (calendario cristiano) destinado por la Iglesia católica, la Iglesia católica ortodoxa y la Iglesia anglicana, además de ciertas Iglesias evangélicas, aunque con inicios y duraciones distintas, para la preparación de la fiesta de Pascua.
La Cuaresma
Oficialmente, la Cuaresma comienza el Miércoles de Ceniza y termina justo antes de la "Misa de la Cena del Señor" en la tarde del Jueves Santo.1 La duración de cuarenta días proviene de varias referencias bíblicas
y simboliza la prueba de Jesús al vivir durante 40 días en el desierto
previos a su misión pública. También simbolizan los 40 días que duró el
diluvio, además de los 40 años de la marcha del pueblo Judío por el
desierto y los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.2 A lo largo de este tiempo, los fieles católicos son llamados a reforzar su fe mediante diversos actos de penitencia y reflexión. La Cuaresma tiene cinco (5) domingos más el Domingo de Ramos
(seis en total), en cuyas lecturas los temas de la conversión, el
pecado, la penitencia y el perdón, son dominantes. No es un tiempo
triste, sino más bien meditativo y recogido. Es, por excelencia, el
tiempo de conversión y penitencia del año litúrgico. Por eso, en la misa
católica no se canta el “Gloria” al final del acto penitencial (excepto
el jueves santo, en la misa de la cena del Señor), ni el “Aleluya”
antes del evangelio. El color litúrgico asociado a este período es el morado, asociado al duelo, la penitencia y el sacrificio a excepción del cuarto domingo que se usa el color rosa y el Domingo de Ramos en el que se usa el color rojo referido a la Pasión del Señor.
Desarrollo histórico
En
los primeros años de la Iglesia, la duración de la cuaresma variaba.
Finalmente alrededor del siglo IV se fijó su duración en 40 días. Es
decir, que ésta comenzaba seis semanas antes del domingo de Pascua. Por
tanto, un domingo llamado -precisamente- "domingo de cuadragésima". En
los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como práctica
cuaresmal, presentándose un inconveniente: desde los orígenes nunca se
ayunó en domingo por ser día de fiesta, la celebración del Día del
Señor. Para respetar el domingo y, a la vez, tener cuarenta días
efectivos de ayuno durante la cuaresma, en el siglo VII, se agregaron
cuatro días más a la cuaresma, antes del primer domingo, estableciendo
los cuarenta días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el
desierto. Son exactamente cuarenta los días que van del Miércoles de Ceniza al Sábado Santo, sin contar los domingos.
Calendario
La
Pascua tiene mucha relación con el calendario agrícola y el tiempo de
renovación de la tierra. Para calcular su celebración se toman en cuenta
el sol y la luna
(sol de primavera y luna llena). En ese sentido, se debe buscar el
primer domingo posterior a la primera luna llena de primavera
septentrional (Hemisferio Norte). Una vez encontrada la Pascua, son
contados cuarenta días atrás para fijar el primer día de la cuaresma, es
decir, el correspondiente al llamado "miércoles de ceniza" (los
domingos, según se explica arriba, no son tomados en cuenta para hacer
este cálculo).
Práctica
La
práctica de la Cuaresma data del siglo IV, cuando se da la tendencia
para constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la
Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.
Según San León, la Cuaresma es “un retiro colectivo de cuarenta días,
durante los cuales la Iglesia, proponiendo a sus fieles el ejemplo de
Cristo en su retiro al desierto, se prepara para la celebración de las
solemnidades pascuales con la purificación del corazón y una práctica
perfecta de la vida cristiana” (Esta definición es deducida del análisis
del sermón 42).
Se trataba, por tanto, de un tiempo, introducido por la imitación de
Cristo y de Moisés, en el que la comunidad cristiana se esforzaba en
realizar una profunda renovación interior. El Catecismo de la Iglesia
Católica retoma esta idea y la expresa de la siguiente manera: “La
Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran
Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto” (n. 540).
Miércoles de Ceniza
El
Miércoles de Ceniza, el anterior al primer domingo de Cuaresma, se
realiza el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente de
los fieles católicos. La ceniza representa la destrucción de los errores
del año anterior al ser éstos quemados. Mientras el sacerdote impone la
ceniza dice una de estas dos expresiones: "Arrepiéntete y cree en el
evangelio" ( Mc 1,15) o "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de
volver" (Gén 3,19)
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